Quedaban casi dos semanas para que la luna, un exquisito
y arqueado cuarto creciente apenas visible, alcanzara
la fase de llena. No era el momento de esconderse.
Clawdeen Wolf no se estaba transformando. Su batalla
mensual contra el súbito crecimiento de pelo, el hambre
insaciable y la irritabilidad extrema no era la cuestión.
Aun así, se encontraba en un oscuro barranco, corriendo
—¡Más despacio! —vociferó a los cinco chicos
atléticos, dignos del catálogo de los almacenes J. Crew,
que formaban un rombo de protección a su alrededor
mientras, jadeantes, atravesaban el bosque a toda velocidad.
Sus recias botas manchadas de barro golpeaban la
tierra cubierta de hierbajos con incansable determinación.
No transcurría ni un minuto sin que uno de ellos
jurase mantener a Clawdeen a salvo, aunque fuese a
costa de su propia vida. Habría resultado extremadamente
agradable (romántico, incluso) si hubieran sido
Continuara.......
1 comentarios:
espero que os haya gustado
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